Desde mis estudios de bachillerato, me inicié en la
programación. Desde entonces hasta hoy he programado en muchos lenguajes. He
pasado de un paradigma de programación a otro; desde la programación
estructurada hasta la programación modular, pasando por la POO (Programación
Orientada a Objetos, OOP en inglés); desde aplicaciones administrativas de
escritorio hasta aplicaciones web distribuidas (pasando por scripts y juegos
tipo arcade).
Cuando conocí el lenguaje C, lo amé porque era muy poderoso y, hasta ese momento, no había conocido ningún lenguaje con las capacidades que tenía C (aún se utiliza para crear sistemas operativos y núcleos de sistemas de propósitos específicos). Luego conocí Java casi tan poderoso como C, pero con la versatilidad de poder adaptarse al mundo cambiante de la época, ya podías construir aplicaciones web ¡Gran herramienta!
Luego se me presentó la oportunidad de conocer OpenERP (Ahora ODOO) y en la medida que fui aprendiendo, tanto la estructura y filosofía de ODOO como la sencillez, versatilidad y potencia de python, me enganché a tal punto con el lenguaje que hoy en día soy un entusiasta de python y sigo su crecimiento día a día.
Python se ha convertido en el lenguaje por excelencia para realizar tareas sencillas como un script que consulte información a una base de datos o tan complejas como las ya bastante populares Data Science o inteligencia artificial.
Es el corazón de ODOO. ODOO no sería lo que es hoy, si estuviera hecho con otro lenguaje, quizás si hiciera las mismas cosas que hace hoy en día, pero seguro que el rendimiento no sería el mismo y la comunidad de desarrolladores tampoco sería tan grande y prolífera como lo es hoy.
Por esto y por todo lo que representa python para el presente y futuro de la tecnología es que decido quedarme con Python hasta que exista otra herramienta que llene mis expectativas, necesidades y ofrezca otras potencialidades acordes con la evolución de la tecnología.